1. Las religiones y Dios deberían estar en peligro de extinción según desea el periodista, locutor y showman Xavier Sardà.
2. Sardà lo dice en uno de los numerosos programas radiofónicos y televisivos en que participa. Confiesa: «¿Qué me gustaría declarar en peligro de extinción? Lo tengo clarísimo. Cada vez soy menos tolerante respecto a las creencias religiosas de los demás. Me gustaría asistir a una situación de crisis importante de las religiones, de todas. Y de que la gente fuera feliz sin necesidad de creer en un Dios superior. Esto me gustaría ver en extinción».
3. ¿Extinción? ¿Limpieza étnica? ¿Limpieza ideológica? ¿Qué entiende Sardà por religión? ¿Por creencia religiosa? ¿Por felicidad? ¿Por Dios? ¿Es el cristianismo una religión? Jesús el Cristo fue condenado a muerte por la autoridad religiosa y por el poder político. ¿Hay que liquidar también el cristianismo? ¿Sabe Sardà que él mismo se debería extinguir porque forma parte de la cultura cristiana con sus aspectos negativos y con sus aspectos humanizadores? ¿Por qué rechazar la hipótesis de que Dios es o no es con independencia de lo que los creyentes y los ateos piensen?
4. ¿Vale la pena indultar de la extinción sardaniana personas que son creyentes en el Dios de Jesús y solidarios con los demás como tanta gente como el Pare Manel, amigo de Xavier Sardà, o también hay que enviarlos a los leones de Nerón , Stalin y Hitler y tantos otros que se han erigidos en dioses? El Pare Manel, y la gente como él, rechazan estos dioses inhumanos y monstruosos que no creen en Dios. El Pare Manel y gente como él no se inventan a Dios. Su actitud es de búsqueda humilde para estar abiertos, entre la fe y la duda, a las huellas de Dios. Huellas en la propia intimidad, en los otros, en los marginados, en la gente que ama, en la gente que perdona y que pide perdón, en el mensaje evangélico. Hay gente fascinada por la figura de Jesús. Consideran que su mensaje es válido hoy porque es significativo para los hombres y las mujeres del siglo XXI y porque afecta a la profundidad de la condición humana.
5. El Evangelio también habla de felicidad. «Bienaventurados los pobres de espíritu porque de ellos es el Reino de los cielos. Bienaventurados los que lloran, porque serán consolados. Bienaventurados los que sufren, porque heredarán la tierra. Bienaventurados los que tienen hambre y sed de ser justos, porque serán saciados. Bienaventurados los misericordiosos, porque alcanzarán misericordia. Bienaventurados los limpios de corazón, porque verán a Dios. Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios. Bienaventurados los perseguidos por ser justos, porque de ellos es el Reino de los cielos». ¿Alguien duda de que esa felicidad es también plenamente humana? ¿Hay que extinguirla?.