1. La fe cristiana configura Europa pero sus valores están erosionados debido a errores de la Iglesia y a una anti religiosidad comprensible pero demagógica. Esta es la temática abordada por el escritor portugués Gabriel Magalhäes en la jornada sobre «Europa, reencontrar el alma» organizada por Qüestions de Vida Cristiana / Fundació Joan Maragall en Montserrat.

2. Las tesis de Magalhäes se basan en el Evangelio de Jesús. Elementos diversos se complementan aunque aparentemente puedan parecer contradictorios. Siguen algunas consideraciones del escritor portugués. El deseo de libertad en Occidente tiene raíces profundamente cristianas. El cristianismo no es un proyecto político ni tampoco es sumiso al poder. La justicia social, el optimismo y el progreso son valores cristianos. Los Evangelios defienden el valor de la decisión personal. Defienden la mujer. El cristianismo, gracias a las Bienaventuranzas de Jesús, da conciencia social a los desheredados de este mundo y así cambia la historia de Occidente.

3. La dignidad humana -según Magalhäes- es un valor cristiano radical. Todo el mundo tiene dignidad humana lo que implica la presencia de Dios en el ser humano: prostitutas, pobres, enfermos, pecadores, marginados. Esta dignidad humana radical cambia totalmente la visión del hombre. De ella derivan los derechos humanos. La resurrección es crucial. El hombre es tan digno que no está destinado a morir.

4. El Dios de Jesús es Trinidad, recalca Magalhäes. El Dios cristiano es Trinidad. Esto quiere decir que Dios es en esencia diálogo y que la vida se abre en una pluralidad de direcciones. Podría decirse que la democracia y la división de poderes son un desarrollo del Dios Trinidad.

5. Gabriel Magalhäes deja constancia de que los valores cristianos que históricamente y también hoy configuran Occidente sufren erosión. Erosionan porque la Iglesia que debe transmitir el Evangelio no ha sido ni es siempre fiel a su misión. Estos valores también se erosionan debido a una anti religión que es comprensible debido a determinados comportamientos de los creyentes aunque muchas veces se trata de una anti religión fruto del desconocimiento, de la superficialidad, del resentimiento, de la demagogia.