1. No todo es libertad en asuntos religiosos de La Vanguardia. No todo es libertad de expresión pese algun editorial del diario de los Godó sobre el ataque al semanario francés Charlie Hebdo.
2. Teoría y práctica no coinciden. Un editorial de La Vanguardia (8 de enero) hace una exposición teórica: «La libertad de expresión es un derecho fundamental, reconocido como tal en el artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948. En virtud de este principio todos los individuos tienen derecho a la libertad de opinión y expresión, sin limitación de fronteras, y a no ser molestados por el hecho de ejercerla. He aquí un logro irrenunciable de la sociedad occidental; un logro que debemos defender en toda circunstancia «. Pero en la práctica sucede, por ejemplo, que el autor del blog In saecula saeculorum se desvinculó hace un año de La Vanguardia después de que tres posts fueran censurados.
3. El primer post censurado se titulaba «Un artículo éticamente indecente de Zarzalejos». Era una réplica a la crónica «Otra convulsión epiléptica» en que José Antonio Zarzalejos calificaba de epiléptico al proceso soberanista catalán democrático y pacífico. El cronista español transgredía la ética periodística de respetar a los políticamente divergentes y despreciaba a las personas epilépticas. No consta que Zarzalejos se haya excusado.
4. El segundo post censurado se titulaba «Discrepancias catalanas con el portavoz episcopal español». El entonces nuevo portavoz, el sacerdote y periodista José María Gil Tamayo, defendió el documento de la Conferencia Episcopal Española, inspirado por el tándem Antonio M Rouco y Antonio Cañizares, que se posiciona en contra de las aspiraciones nacionales de Catalunya. Desde In saecula saeculorum se lamentó que el portavoz episcopal no dijera que aquel documento polémico no fue avalado por 13 obispos, entre ellos los catalanes.
5. El tercer post censurado se titulaba «El príncipe, el pueblo y Dios». Se refería a la estancia de cuatro días del entonces príncipe Felipe en Catalunya con visita incluida al monasterio de Poblet. Era un post nada servil, escrito con libertad y con el respeto que merece todo ciudadano. En el primer punto se decía: «El príncipe debería releer, o leer si no lo ha hecho, Raíces cristianas de Catalunya (1985). Este documento emblemático del episcopado catalán analiza la relación entre nación catalana y comunidad eclesial a la luz de la Doctrina Social de la Iglesia católica y de los documentos pontificios». También se le recordaba que un dia de 1990, el príncipe dijo: “Catalunya es la que los catalanes quieren que sea” (Foto de primera pàgina de La Vanguardia)
6. Consideración final. El terror y el autoritarismo atentan contra los derechos y las llibertades de las personas, de los pueblos, de las Iglesias, del periodismo. La libertad y la libertad cristiana subvierten el orden establecido. El “desorden establecido” en palabras del filòsof francés y cristiano Emmanuel Mounier (1905-1950)