Intervención en la parroquia de Sant Medir sobre los 50 años de las declaraciones del abad de Montserrat a Le Monde
1. Hace 50 años, dictadura del general Franco en España. Hoy hay democracia, pero con déficit. El aparato estatal no deja votar en Catalunya sobre su futuro y se querella contra el president de la Generalitat y dos consejeras. Hace 50 años, la corrupción era inmensa. Una dictadura es corrupta por definición. Hoy hay corruptos pero muchos terminan en la cárcel. Hace 50 años había nacional catolicismo. El poder político pone la estructura eclesiástica a su servicio, y la estructura eclesiástica utiliza el poder político para imponer su doctrina. Hoy todavía hay restos de nacional catolicismo. Hace 50 años había gente en la clandestinidad contra la dictadura. También había cristianos comprometidos con el Evangelio y contra el franquismo.
2. Hace 50 años una reunión como la de ahora y aquí no se podía celebrar o se celebraba a escondidas. El 20 de noviembre de 1964 se constituyó clandestinamente en esta iglesia de Sant Medir la Comisión Obrera de Catalunya. Hoy estamos reunidos en este mismo recinto en libertad, aunque nunca se debe excluir la presencia secreta de algún espía o policía.
3. Hace 50 años (14 noviembre 1963), un año antes de la creación de Comisiones, se produjeron las declaraciones de carácter eclesial, evangélico, cívico y político formuladas por el abad de Montserrat, Aureli Maria Escarré (ver foto), en «Le Monde» . El abad figura en la historia civil y de la Iglesia de Catalunya gracias sobre todo a estas declaraciones en que transmitía el Evangelio, defendía los derechos de la nación catalana y denunciaba la dictadura franquista. Escarré se alejó progresivamente del franquismo de la primera posguerra y fue comprometiéndose con los planteamientos del Vaticano II (1962/1965) y de la Pacem in Terris (abril 1963) impulsados por Juan XXIII. Concilio y encíclica propugnan renovación eclesial, ecumenismo, libertad religiosa y de conciencia, diálogo de la Iglesia con el mundo y la cultura contemporáneas, defensa y respeto de los derechos de las personas y de los pueblos. Todo esto chocaba con el régimen español. El régimen nacional católico franquista fue denunciado por Escarré como «un Estado que no obedece los principios básicos del cristianismo». El abad defendía la lengua y la cultura catalanas entonces perseguidas, pedía el fin del clima de guerra civil, la libertad de prensa y que el pueblo pudiera elegir su gobierno. El derecho a decidir.
4. Las declaraciones del abad tuvieron gran eco internacional y también, a pesar de la censura, en Catalunya y en España. El abad hizo de portavoz de los sectores católicos que querían el fin del nacional catolicismo, y querían una Cataluña democrática y con libertad, una Iglesia fiel al espíritu renovador del Vaticano II y de la Pacem in Terris. Escarré fue más allá de la moderación de las supuestas élites del país y de la mayor parte de la jerarquía eclesiástica. Sintonizó con los sentimientos, convicciones, inquietudes, sueños y proyectos de las clases medias, populares y de sectores de la burguesía de Catalunya en los ámbitos eclesial y cívico. La experiencia demuestra que acertó aunque tuvo que pagar un alto precio. Franco obligó a Escarré a dejar Catalunya (1965). Fue al exilio en Viboldone, Lombardía. Volvió a Barcelona en 1968 enfermo de muerte. Murió el 21 de octubre de ese año.
5. Hace 50 años de estos acontecimientos. ¿Y hoy? Ha habido cambios pero amplios sectores cívicos y políticos continúan reivindicando los derechos nacionales de Catalunya por las vías pacífica y democrática. El derecho a decidir. El derecho de Catalunya a ser soberana con Estado propio como España se soberana con Estado propio. Hace un año, 20 de noviembre de 2013, hubo un homenaje al abad Escarré en el palacio de la Generalitat. Uno de los que intervino fue el actual abad, Josep Maria Soler. Dijo: «Este homenaje al abad Escarré, en el contexto actual, no debe limitarse a recordar el pasado, sino empujar a seguir trabajando por el respeto a los derechos de las personas y de los pueblos. Y, por tanto, a seguir trabajando por los derechos de nuestro país».
6. ¿Quina sería la postura de Escarré en el actual proceso soberanista? Este relato hace pensar que el abad defendería que toda opción política es legítima, incluida la soberanista, si se propugna de forma pacífica y democrática. También es razonable pensar que el abad hubiera ido a votar el pasado 9N. Y que hubiera votado «sí, sí».