El papa Francisco observa con cordialidad a Catalunya y Barcelona. Esta observación papal es especialmente interesante y oportuna si se tiene en cuenta como está la situación política catalana, cuál es la función de la Iglesia en la sociedad y también el hecho de que cada da vez es más cercano el momento en que se deberá nombrar el nuevo arzobispo de la archidiócesis de Barcelona. Un obispo que deberá tener un alto grado de sensibilidad para comprender la compleja realidad social, cultural y eclesial de Barcelona y Catalunya,
Francisco ha mirado estos días a Barcelona donde se ha celebrado el del Congreso Internacional de Pastoral de las Grandes Ciudades. Han venido numerosos obispos de grandes diócesis del mundo. Este congreso se ha celebrado en la capital catalana en un clima dialogante y sereno en los ámbitos eclesial y cívico.
El congreso, presidido por el cardenal arzobispo Lluís Martínez Sistach, se ha celebra un par de semanas después de la jornada democrática y soberanista del 9N que ha tenido un gran eco internacional, también en el Vaticano. Ha tenido un gran eco a pesar de las presiones de las embajadas españolas para esconder y tergiversar el acontecimiento del 9 de noviembre de 2014.
Queda claro para el Vaticano que el pueblo catalán manifiesta unas aspiraciones, en este caso la soberanista, de una manera ejemplar porque lo hace por las vías pacífica y democrática. El Vaticano también sabe que muchos ciudadanos católicos están legítimamente implicados en este proceso. Y el Vaticano también sabe, que la postura del Gobierno es la de negar las urnas para que los catalanes no puedan ejercer su legítimo derecho a votar.
(Artículo publicado en www.tribuna.cat)