Segundo de los tres posts de In saecula saeculorum (12 enero 2014) censurado en «La Vanguardia»
1. Las diversas sensibilidades de la Iglesia católica en España y Catalunya muestran que hay una Iglesia católica pero dos naciones diferentes. El papa Francisco afirma en la exhortación apostólica «El gozo del Evangelio»: «En los distintos pueblos, que experimentan el don de Dios a su propia cultura, la Iglesia expresa su genuina catolicidad».
2. El sacerdote y periodista José María Gil Tamayo, secretario general y portavoz de la Conferencia Episcopal Española, tiene un estilo cordial a diferencia del talante agrio de su predecesor, el obispo Juan Antonio Martínez Camino. Pero ambos comparten la misma visión política española en la cuestión nacional marcada con mano de hierro por el cardenal Antonio María Rouco.
3. Gil Tamayo mantiene de forma absolutamente estricta el documento de la Conferencia Episcopal Española (noviembre 2002), presidida por Rouco, que trata sobre España, nación, nacionalismos, Constitución, terrorismo, moral. Gil Tamayo se identifica con el «documento Rouco» desde que fue elegido portavoz el pasado 22 de noviembre y también lo hace en declaraciones a «La Vanguardia». Pero Gil Tamayo no dice que 13 obispos, entre ellos los catalanes, no avalaron ese texto. Ocho obispos votaron en contra y cinco se abstuvieron. Tampoco dice que aquel documento no obliga a los obispos a ponerlo en práctica en sus diócesis porque sólo es una «instrucción pastoral».
4. Las explicaciones de Gil Tamayo han sido contestadas desde varios ámbitos religiosos y laicos de Catalunya. Una respuesta procede de Montserrat formulada en un acto tan solemne y significativo como es una misa conventual dominical (15 de diciembre 2013). El monje Salvador M. Planes dijo en la homilía ante el pueblo y la comunidad: «Un hecho que nos afecta como cristianos catalanes es que el año 2014 seremos consultados sobre nuestra identidad como pueblo. Estos últimos años nuestros obispos reiteraron que reconocían ‘la personalidad y los rasgos nacionales propios de Catalunya, en el sentido genuino de la expresión’ y defendían ‘el derecho a reivindicar y promover todo lo que ello comporta de acuerdo con la doctrina social de la Iglesia’ (Al servicio de nuestro pueblo). Por eso nos duele que el camino que sigue nuestro pueblo sea considerado por algunos cristianos ‘imprudente y moralmente inaceptable’ (palabras de José Maria Gil Tamayo) «
5. El marista Lluís Serra Llansana, secretario general de la Unió de Religiosos de Catalunya, escribió en «Catalunya Cristiana» un artículo en que pone en cuestión las explicaciones de Gil Tamayo. El hermano marista titula su escrito con un interrogante: «La unidad de España, ¿un bien moral?». Argumenta que «las afirmaciones de Rouco y Gil Tamayo se exceden de su campo propio y se convierten en correa de transmisión de los partidos políticos».
6. Gil Tamayo dijo que «la Iglesia no se mete en política» pero sus declaraciones a «La Vanguardia» son políticas. Este diario las publicó en la sección de Política