Pujol, dramático personaje bíblico

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1. La Biblia, tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento, refleja la condición humana. Hombres y mujeres, personas y pueblos, viven y mueren en los textos bíblicos. Sufren, ríen, aman, pecan, engañan, sueñan, mueren y esperan en Dios. «Por sus páginas se pasea sin disimulo toda la complejidad y el dramatismo de la historia humana», escribe el biblista Agustí Borrell. Desde esta perspectiva, una serie de personajes hacen pensar dramáticamente en Jordi Pujol.

2. ¿Es Pujol como Judas, el de los treinta malditos denarios, puesto que mucha gente se siente traicionada por la forma como el ex president ha gestionado las finanzas familiares?

3. ¿Es Pujol, que ha negado la realidad, como Pedro que acobardado negó públicamente tres veces a Jesús?

4. ¿Es Pujol como el hijo pródigo que malgasta lejos de casa el dinero de su padre pero mucho más tarde vuelve un día a casa y le pide perdón?

5. ¿Es Pujol como el bandolero colgado en cruz que reconoce al crucificado Jesús como hombre bueno e inocente?

6. ¿Es Pujol como Pablo que cae del caballo y se convierte?

7. ¿Es Pujol como Moisés que lidera su pueblo durante muchos años pero, al final, se queda en el desierto sin entrar en la tierra prometida?

8. El desierto silencioso y solitario es el futuro de Jordi Pujol.

9. Y en estos primeros días de desolación pocas son las palabras amables que se han podido oir. Como estas de Javier Elzo: «Pujol comete un error. Lo corrige. Tarde. Pide perdón. Se pone en manos de la justicia. Pero su gran tarea está allí. Mantiene mi estima”.

10. El vasco Javier Elzo es un personaje honorable. Catedrático emérito de Sociología de la Universidad de Deusto. Sus temáticas de estudio son el análisis de los valores en general y del catolicismo en Europa Occidental en particular, y las consecuencias en la sociedad vasca del fin de la actividad armada de ETA (convivencia, memoria, relatos, victimarios, víctimas). Debido a sus publicaciones sobre la juventud vasca cercana a ETA vivió con protección diez años, dos meses y dos días. De este tiempo, cinco años tuvo que llevar escolta permanente.

Post publicado en www.catalunyareligio.cat

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